miércoles, 19 de marzo de 2014

Historia Suelta (Elena)

Elena es una bruja: ella lee los ojos y las manos; y de vez en cuando, estafa a cierta gente.

Una vez, en su cubículo del mercadito, le leyó los ojos a la esposa del gobernador: Le dijo que se ganarían la lotería y que se irían a vivir a Miami a final de año; pero, que cuidado con los cocos y el sol. La esposa del gobernador se fue satisfecha, saboreando el olor a calle de un país extranjero, imaginando las noches de cócteles y fiestas en la playa y coñac y cenas y gente extranjera caminando por las calles de aquél país y todo aquello. Elena, la veía salir de su cubículo, caminando por el pasillo del mercadito. La veía pasar por la tiendita de flores, mientras decía, susurrando, al ritmo de los pasos de aquella mujer: Que-le-plin-ca-ta-plás-qui-ti-plás-con-gó. Y listo, Elena cambiaba el número de lotería ganador que llevaba en el bolsillo aquella señora(1). Tarareando una melodía, mientras limpiaba con un trapito la mesa de madera de su minúsculo cubículo; burlándose, haciéndole muecas con el culo,se despedía de la embaucada mujer.

Al salir, ella cierra su tiendita y murmura una oración, mientras hace gestos con las manos para proteger -en igual orden de importancia- su altar; sus ramas; unas figuritas con muchos colores; muchos trapos; la mesa con tres sillas y un compás con escuadras(2). Ella cierra y se va por el pasillo del mercado. Cruza, baja unas escaleras, camina otro poco y sale por una puerta escondida y mágica que hizo especialmente para ella, pues da a la calle de atrás y por ahí pasa el trolebús que la lleva hasta su casa.

Mañana temprano, Elena irá al río. Al fin va a hacer su ritual del agua clara. Esta noche se bañará con sales de mares muy raros. Prenderá inciensos. Se echará miel como si fuera crema para la piel, en todo su cuerpo. Ella saldrá a su azotea por última vez y bailará desnuda y cantará y hará unas ofrendas de flores con frutas y leerá las estrellas y se lavará con agua de rosas toda la miel de su cuerpo. Ella, hinchada en plenitud, esta noche soñará con todas las cosas que la apasionan y que la hacen ser una bruja(3).

Pasado mañana, Elena irá a su tiendita. La cerrará y se despedirá de toda la gente del mercadito. Les dejará lindos regalos. Se irá a vivir lejos, a la costa. Ella dice que un día, pronto, retornaré al mar de donde salen todas las cosas. Ya no leerá ni los ojos, ni las manos de la gente: se dedicará a la agricultura; sembrará cambur, cacao y yuca; le hará nidos a los pájaros y recolectará miel.
Así de hippie es Elena.

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(1). La esposa del gobernador nunca ganará ninguna lotería, pero igual irá a vivirse a Miami con su –en poco tiempo- millonario esposo; a tomar agua de coco y a cenar en restaurantes patrióticos para sentir un poquito de nostalgia y a beber coñac en bares extranjeros y a comprar en centros comerciales y a broncearse en cubículos solares, ahora hechos a prueba de terroristas y rayos ultravioleta. Dos cocos misteriosos les partirán el cráneo al exgobernador y a su esposa, mientras duermantomando el sol, bajo una palmera, en una tal Palmbeach, dos meses luego de haberse mudado a Miami.

(2). A veces, Elena le lee el futuro a parejas. En otras ocasiones, la gente indecisa va acompañada para, tú sabes, por si las moscas, entonces ahí la otra silla. En cuanto al compás y las escuadras: Elena, en su tiempo libre, es una arquitecta entusiasta.

(3). Elena prefiere autodenominarse como alguien que habla con el viento. Los brujos, dice ella, son como esas personas que sólo saben cocinar lo que estánleyendo en una receta.