domingo, 22 de diciembre de 2013

Historia Suelta (Marcos)


El sr. Marcos era muy impertinente. Un día, por andar contando lo que no debía, vinieron unos hombres y le quemaron la lengua. Ahora, cuando habla, uno no puede pasar por alto la pequeña marca: una equis que siempre pareciera estar en llamas: sale de su lengua y hace que el desafortunado tenga que escupir cenizas a cada rato, disculpándose, diciendo siempre la misma “verá usted, es que es un mal de familia”. Y ya los cayos en las manos del pobre sr. Marcos no le permiten taparse la boca cuando habla.

A veces, la candela que desprende su boca pareciera estar hecha de pájaros que despegan del suelo, o salmones luchando contra la corriente para desovar más arriba, más alto en el río.

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