viernes, 9 de enero de 2009

Ondulación



Ondulaciones/Virtudes/recuerdos/nostalgias. Sudor dulce de boca arrancada del Olimpo y puesta a tu voz. Momentos de más virtuosos: inolvidables… hasta la inquisición devastadora de los miedos. Carismas puestos para recordar quienes somos. Aberraciones que no nos dejan olvidar quienes somos: abstractos, solitarios, tactos telepáticos, miradas furtivas, certeras. Pero, entonces, vienes tú y me corrompes el corazón: el vacío absoluto sería una paradoja si tú existes; si existimos, entonces ¿Qué vacío? Ciertamente: ese mismo que nos hunde en palabras huecas y mucho más silencio.

Tus virtudes no dejan que el recuerdo me produzca nada más que nostalgias, sino que se aferra –el recuerdo- al anhelo del presente, como si fuera una esponja; como si así, el agua desparramada en el camino se desvaneciera, y ya sus gotas no hicieran espejos: no confunden. Nunca entendimos realmente.
Esto me lleva a preguntar(te): Si aún fuéramos
¿Cómo fuéramos entonces?

Sentimos tanto como nos damos cuenta de nosotros mismos.

El mundo In vitro 0.06


0.06

“the gold it’s in the…” - pink floid, obscured by clouds (1972).
a G.

(Primer acto)

Ahora que ya entendemos,
que estamos de acuerdo que todos entendemos
de qué se trata este cultivo,
prosigamos
sin quejarnos tanto:

La letra O –entiéndase: vocal-
es el símbolo del sonido que se hace al pronunciarla
y se representa como un círculo/elipse/(una) gota (o) espiral.
Por ejemplo: Sábila no se escribe con O
Pero, ¿y Aloe?…
— “…verá: si Amor lleva la O
peor
es el odio: lleva dos oes. Es más arrecho”
dirás-de-repente-de-seguro-y-no-te-culpo
Así que
te agradezco



y a mí no me culpes.



Queda demostrado entonces:
Nosotros, en cambio
procuramos el garabato.

(Segundo acto)

La línea nace de los pliegues y las sombras producidas por una luz de sol incandescente. Simula una curva que se va surcando entre la piel porosa dilatada y algo brillante, desde el nacimiento del lóbulo izquierdo de la nariz, estirándose parabólicamente entre el cachete y el perfil del pliegue agudo de la boca, que muestra (sin amenaza) los dientes y la lengua, y va descendiendo -la arruga- en una curva simétrica hasta perderse entre más piel; antes, se encuentra y difumina, con la barbilla.

Se ríe esta boca. De ahí nace la arruga.



— ¿De qué se reirá?

(Tercer acto)

Al asunto: Joaquín de tanto mirar de noche el cielo, un día vio algo sorprendente.

Por eso, ahora cada vez que lo recuerda, se ríe. Pero nunca nos cuenta qué fue lo que vio. No sé por qué, nunca me ha dicho. No se lo cuenta a nadie.
Aún así, esa es otra risa. No es de él la piel de quién reía en el segundo acto. Eso es otro asunto.
Bueno, las cosas se olvidan, se mutan y pues, lo que fue, ahora será (otra cosa, y no por eso será algo distinto, digamos)

Digamos, de paso, que el In vitro cae al suelo, rebota, tirita, se vuelve en una ondulación eliptica

y se rompe.